Experiencias resignificadas de dolor
"Si algo te lastima quitalo de tu vida, te dolerá un tiempo pero no toda la via"
Aunque el dolor es una de las experiencias más comunes de la vida,
siempre sorprende y continuamente nos exige aprender y adaptarnos a las
nuevas circunstancias. Nadie puede considerarse “experto” en el dolor;
siempre tiene una dimensión de originalidad: en la forma cómo se
manifiesta, en sus causas, y en las diversas reacciones que desencadena.
Muchas veces nos encontramos sufriendo profundamente por motivos y
razones que nunca esperamos.
El dolor y el sufrimiento son parte de la vida, pero en ocasiones, sufrimos innecesariamente.
Tú puedes evitar este sufrimiento innecesario y aprender a disminuir el dolor que es inevitable.
Tú puedes evitar este sufrimiento innecesario y aprender a disminuir el dolor que es inevitable.
Dolor es un término que señala una sensasión, molestia, aflictiva y por lo general desagradable en el cuerpo o el espiritú. Puede tratarse por lo tanto de una experiencia sensorial y objetiva o emocional y subjetiva.
El dolor es un punto de encuentro entre la alegría de la esperanza y la
necesidad de la oración. Los cristianos aceptan el dolor con la
esperanza de un gozo futuro. Son plenamente conscientes de sus límites y
confían en la ayuda que se implora a Dios en la oración. No se trata
del convencimiento de que la propia capacidad de afrontar las
dificultades por sí mismo, ni de adoptar la posición pesimista de aquel
que piensa que el sufrimiento es la última e inevitable estación en el
camino de la vida.
La principal peculiaridad del dolor humano es que plantea un
interrogante existencial. «Dentro de cada sufrimiento experimentado por
el hombre, y también en lo profundo del mundo del sufrimiento, aparece
inevitablemente la pregunta: ¿por qué? Es una pregunta acerca de
la causa, de la razón; una pregunta acerca de la finalidad (para qué);
en definitiva, acerca del sentido» . En efecto, cuando se emprende la
búsqueda del sentido del dolor, el ser humano se cuestiona sobre el
sentido de su misma existencia y trata de aclarar el alcance y el
significado de su propia libertad. «¿Puedo rechazar el dolor? ¿Puedo,
acaso, fijar una distancia del dolor, eliminarlo? El dolor le imprime a
la vida su sentido efímero».
Esta experiencia humana nos mueve a
buscar la ayuda de otras personas y a ofrecer, a la vez, nuestra
asistencia. La experiencia del dolor nos enseña a prestar más atención a
otras personas. El dolor marca la diferencia entre una persona
madura y equilibrada, que es capaz de enfrentar obstáculos y situaciones
difíciles, y una persona que se deja llevar y absorber por sus propias
emociones y sensaciones.
El dolor para cada quien significa diferentes cosas pueden ser malas y buenas. Y llega a ser difícil aceptarlo y luchar contra el.
ResponderBorrarEl dolor puede llegar a ser muy provocado por lo que te dice la gente, aunque actuemos como si nada al fin y al cabo nos duele.
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